Estrategia de Ministerio
Las Escrituras tienen mucho que decir acerca de hacer discípulos, una vez que entendamos que equipar a los santos es principalmente un ministerio de ejemplo. Pablo lo expresó de esta manera: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” (1 Corintios 11:1) Este principio claro le hizo eco a las primeras palabras de Jesús a sus discípulos cuando dijo: «Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.» (Mateo 4:19). El énfasis inconfundible de ambas invitaciones era aprender por observación. Este principio, tan común en la vida, fue la piedra angular de la educación cristiana temprana, porque la instrucción espiritual tuvo lugar en un ambiente donde las relaciones interpersonales eran el medio primario para lograr el crecimiento personal.
Amistad centrada en Cristo
El amor, la integridad, la verdad y las habilidades de ministerio se transmitieron por primera vez en el contexto de una amistad personal. El ambiente era de confianza personal y aliento mutuo. La disciplina espiritual era personalmente observada, y luego emulada por cada nueva generación de creyentes. Este equilibrio entre la enseñanza y la formación era tan natural que la vitalidad espiritual simplemente fluía de una vida cristiana a otra. Tal vez Filipenses 4:9 demuestra mejor este principio fundamental: «Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced . . .» . . Lo que escuchamos equivale a la enseñanza y lo que vemos iguala a la formación. Ambas formas de instrucción son elementos esenciales del proceso de discipulado. Filipenses 3:17 dice: . «. . .sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.» ”
El dicho popular, «Se captan más cosas que las que se enseñan» define un aspecto importante de la forma bíblica de hacer discípulos. Aunque muchos aspectos del crecimiento espiritual pueden ser transmitidos a través del uso de la literatura cristiana , no así con la personalidad, el entusiasmo, la risa, y el brillo en el ojo. Estos aspectos experienciales de la amistad personal son componentes indispensables de un ministerio exitoso de hacer discípulos. Aunque los aspectos cognitivos del discipulado son numerosos, existe una calidad intangible de la vida espiritual que sólo fluye a través de una relación de amistad.
Ministerio de uno-a-uno
¿Por qué el hacer discípulos es el vínculo crítico para el evangelismo exitoso? El Dr. Herschel Hobbs dijo con sabiduría: «El trabajo del evangelismo nunca es completo hasta que el evangelizado se convierta en un evangelizador». Una falla en el proceso inicial de seguimiento, o en el proceso de poner un buen fundamento, puede poner en peligro el tremendo potencial de este ciclo de multiplicación evangelística. Considere los intereses compuestos, los ciclos reproductivos de la naturaleza, o la explosión biológica de la población mundial. Pronto quedará claro por qué la multiplicación es el método principal de Dios para llenar de nuevo la tierra.
La multiplicación espiritual
Billy Graham ha dicho: «Uno de los primeros versículos de las Escrituras que Dawson Trotman, fundador de los Navegantes, me animó a memorizar fue ‘Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.’ (2 Timoteo 2: 2) Esto es como una fórmula matemática para difundir el evangelio y hacer crecer la iglesia. Pablo le enseñó a Timoteo; Timoteo compartió lo que sabía con hombres fieles; estos hombres fieles también les enseñarían a otros también. Y así el proceso sigue y sigue. ¡Si cada creyente siguiera este modelo, la iglesia podría alcanzar al mundo entero en una generación! Las cruzadas masivas, en las que creo y con las que he comprometido mi vida, nunca terminarán la Gran Comisión; Pero un ministerio de uno-a-uno sí lo hará. «(El Espíritu Santo, Waco: Word, 1978, P. 147)
Para la iglesia, la multiplicación espiritual es la clave esencial para cumplir el mandato misionero de Cristo (Mateo 28:19-20). Por medio de un solo creyente comprometido que está creciendo constantemente, compartiendo su fe naturalmente y entrenando personalmente a otros para hacer lo mismo, ¡el mundo entero eventualmente podría recibir las buenas nuevas de Jesucristo! Este proceso asombroso de multiplicación espiritual es tan personal, agradable y eficaz, que en todo el mundo, cualquier iglesia puede hacerlo. Simplemente requiere que una iglesia tenga la visión de 2 Timoteo 2:2 y el compromiso de capacitar a los discípulos para que trabajen personalmente con cada nuevo miembro que se una a la iglesia. A través de la amistad centrada en Cristo, los que están entrenados en «Cómo Ser un Hacedor de Discípulos» aprenden el «por qué» y el «cómo» para discipular a otros. Este ciclo progresivo de crecimiento espiritual y evangelismo por medio del estilo de vida del creyente es la expresión contemporánea del hacer discípulos que vemos en el Nuevo Testamento.
“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.”
– 2 Timoteo 2:2
Los nuevos creyentes y miembros necesitan más que un apretón de manos cuando se hacen miembros de su iglesia. Necesitan una amistad que esté arraigada en Cristo, alguien que camine a su lado y que los ayude a sentir que son bienvenidos. Este nuevo amigo debe estar preparado para presentárselos a otros miembros de la iglesia, a contestar sus preguntas, a guiarlos a un grupo pequeño de estudio bíblico y a servirles de modelo en su crecimiento espiritual.
La mayoría de las iglesias simplemente esperan que sus nuevos miembros encuentren a un amigo cristiano comprometido y que aprendan lo básico del crecimiento espiritual. También esperan que sus nuevos miembros asistan a un grupo pequeño de estudio bíblico y que aprendan a compartir su fe. Sin embargo, en vez de simplemente esperar – muchas iglesias con una mentalidad de crecer, ahora están estableciendo un proceso intencional que asegurará que cada nuevo creyente y nuevo miembro reciba el cuidado personal y la instrucción que necesitan. ¡Éste es el corazón de la estrategia de “Cómo Ser un Hacedor de Discípulos”!
Durante años, las iglesias han estado pasando por alto su recurso más importante en el evangelismo – los miembros nuevos. ¿Por qué son tan especiales los nuevos creyentes cuando de evangelismo se trata? Porque todavía tienen los puentes de relaciones personales con no creyentes. Cuando caminamos con estos nuevos miembros y les mostramos cómo crecer espiritualmente y cómo compartir su fe, empiezan a testificar, y la multiplicación espiritual ocurre naturalmente.
“Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.”
– Colosenses 2:6 & 7
Jesús expresó su profunda preocupación por la nutrición espiritual de los nuevos cristianos cuando le preguntó: «¿Pedro me amas?» Cuando Pedro dijo: «Sí«, el Señor le respondió: «Apacienta mis corderos» (Juan 21:15-17). ¡Cuando inviertes tu tiempo discipulando a los nuevos cristianos, es una evidencia de que amas al Señor!
Cada vez más, las iglesias se están dando cuenta de la importancia del cuidado personal de uno-a-uno y la asimilación de los nuevos miembros. A través de los años, se han utilizado varios métodos en un esfuerzo por cerrar la «puerta trasera» de la iglesia, pero el problema aún existe. Para abordar esta necesidad, muchas iglesias que se preocupan por su salud espiritual, han ofrecido clases excelentes para nuevos miembros, pero la experiencia ha demostrado que este enfoque, aunque deseable, sigue siendo inadecuado cuando se usa solo. Después de extensas pruebas de campo en numerosas culturas, hemos llegado a la conclusión de que el método más eficaz para la asimilación de nuevos miembros es el fomento de las amistades centradas en Cristo. Creemos que hay varias razones por las que este modelo relacional de iglesia temprana ha demostrado ser tan exitoso:
El factor de la amistad
Los estudios demuestran que a menos que los nuevos miembros de la iglesia pronto establezcan una o más relaciones significativas, es probable que salgan silenciosamente por la «puerta trasera». Es por eso que el proceso de hacer discípulos de «Cómo Ser un Hacedor de Discípulos» está diseñado para crear un ambiente de amistad y satisfacer las necesidades espirituales inmediatas de cada nuevo miembro. «. . . pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros . . .» (1 Juan 1:7)
El cuidado individual
Muchos nuevos miembros entran en la iglesia como «recién nacidos» y requieren atención especial. El proceso de hacer discípulos que usa “Cómo Ser un Hacedor de Discípulos” está basado en la amistad y por eso proveen esa atención de forma natural. La Biblia dice: «Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos.» (1 Tesalonicenses 2: 7).
La libertad de discusión
A través de la amistad, un espíritu de apertura típicamente se desarrolla naturalmente. Esto permite que las preguntas personales sean hechas en privado y discutidas en un contexto bíblico. Como resultado, ocurre una transformación positiva de la vida. «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.» (2 Corintios 5:17)
El crecimiento espiritual
Cuando los nuevos miembros son alentados y equipados para el ministerio, los que sirven como discipuladores son desafiados a seguir creciendo también – “Hierro con hierro se aguza; Y así el hombre aguza el rostro de su amigo.» Esta metodología del Nuevo Testamento (2 Timoteo 2:2) crea la motivación positiva para el desarrollo espiritual continuo y para la multiplicación. «. . . creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.» (2 Pedro 3:18).
Horarios flexibles
Utilizando el formato de capacitación muy efectiva de «Cómo Ser un Hacedor de Discípulos», si el discipulador o el nuevo miembro tiene que faltar a la reunión, simplemente reprograman para otro día. De esta manera, el material importante nunca se pierde y el crecimiento espiritual es consistente. «El que camina con sabios, sabio será.» (Proverbios 13: 20a)
Usted puede estar pensando: «Si el mundo puede ser evangelizado en una sola generación, ¿por qué todavía no ha sucedido?» El evangelismo personal no resultará en la multiplicación espiritual si es aislado de la formación efectiva de discípulos. En otras palabras, la instrucción personal a largo plazo y el evangelismo personal deben ser vistos como partes interconectadas de un plan de ministerio integral e intencional. Hacer discípulos es nuestra prioridad ministerial máxima, pero eso requiere un compromiso a largo plazo con un proceso de entrenamiento. En última instancia, a través de este estilo de vida neotestamentaria, la formación de discípulos se vuelve tan natural como orar. Hechos 1:8 y Mateo 28:19 son, entonces, experimentados como la vida cristiana normal.
Los años de pruebas de campo nos han enseñado que la amistad cristiana y la formación de discípulos deben comenzar tan pronto como un nuevo creyente tome su decisión de recibir a Cristo. En un estudio importante, una iglesia aprendió por qué el 90 por ciento de sus nuevos miembros completaron exitosamente su proceso de discipulado de varios meses. La razón principal de su éxito se atribuyó al hecho de que cada nuevo miembro le fue asignado personalmente a un discipulador capacitado dentro de las primeras 72 horas después de tomar su decisión espiritual. ¡La prontitud es importante!
Las iglesias que se interesan en la vida espiritual sana de sus miembros se están moviendo deliberadamente hacia la protección de sus nuevos miembros porque ellos se enfrentan a una amplia gama de tentaciones mundanas y distracciones que tienden a erosionar la devoción espiritual. La parábola del Señor de la semilla ilustra gráficamente esta necesidad. «Otra parte [of the seed] cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto.» (Marcos 4: 7).
En el lenguaje de hoy, la formación personal de discípulos está en el corazón mismo de la asimilación efectiva de nuevos miembros. Cada amistad centrada en Cristo funciona como un tutor que les señala el camino a los muchos otros ministerios de entrenamiento y educación de la iglesia.
A medida que el cristianismo restaura el principio relacional de la observación (1 Corintios 11:1) al primer lugar de prominencia que tenía en el Nuevo Testamento, Dios está levantando una nueva generación de testigos equipados para un estilo de vida de servicio. Lucas 10:2 dice: «. . . La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.» Nuestro desafío como cristianos es vivir por fe y confiar en que Dios cumpla Sus objetivos soberanos mientras responde a nuestras oraciones. Que los miembros de su iglesia capten esta visión de la multiplicación y se conviertan en auténtica «sal» y «luz» en sus esferas de influencia espiritual. La asociación International Evangelism se une a usted en la visión de la Gran Comisión!