“. . . Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
– Juan 14:6
Es por eso que la Biblia declara,
“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”
– Hechos 4:12
Irónicamente el rechazo del universalismo deja a sus seguidores con una decisión que no quieren tomar. Éste es un punto importante de consternación, porque se dan cuenta que absolutamente todo depende de esa decisión que es una decisión de “todo o nada”. La mayoría de ellos son altamente literatos y comprenden que nunca podrán impugnar el carácter del Hijo de Dios. También se dan cuenta que Él dijo, “Yo soy el camino” no “un camino”, así que intelectualmente entienden que la validez de Su afirmación de ser divino es lo único que realmente importa!
El universalismo no es un lugar seguro para esconderse porque rechaza al único acceso a la gracia. Sin ella, ¡lo único que queda es un sistema no alcanzable de obras! Por definición, el universalismo clásico reclama ser totalmente inclusive, y como tal no excluye ninguna creencia. Eso lo obliga a abrazar una amplia gama de enseñanzas raras, opuestas y sin relación unas con otras. Esas van desde el ateísmo, al politeísmo, a la adoración de los ancestros, al terrorismo suicida, a la reencarnación y hasta a las vacas sagradas! Su razonamiento ecléctico ilusorio lo deja vacío de soluciones confiables.
En el universalismo es necesario ignorar el pecado, negarlo (que no es realista) o pagar por él mediante su propio sufrimiento. Mientras ellos rechazan sus propios medios de salvación, ¡le prometan al mundo entero una redención sin la necesidad de aceptar personalmente la muerte, entierro y resurrección de Jesucristo! Su diseño preferido para la salvación de la humanidad se reduce a un ejercicio filosófico. Sin ninguna autoridad divina ni una interpretación bíblica aceptable para soportar sus declaraciones, el universalismo es simplemente un sueño filosófico. Surgió de la desesperación, y representa un esfuerzo por proscribir la idea de consecuencias. Su proceso mental busca abolir la necesidad del juicio de Dios porque niega los resultados del mal, y así remover la necesidad por Su regalo soberano de gracia. ¡Es la cara moderna de la negación teológica! ¡El mal es real (y eso nadie puede negar), la humanidad es, sin ninguna duda, pecaminosa, y se promete el juicio de Dios, así que definitivamente el edificio está en llamas!
Las Buenas Nuevas son: Jesucristo ha provisto la escalera de escape. Por su diseño es suficientemente fuerte como para aguantar a todo pecador que haya en el mundo. Sin embargo, sin remordimientos, como el Señor Jesús lo declaró, la escalera es estrecha. Podemos ejercer nuestra voluntad y escoger usarla o tendremos que asumir la responsabilidad completa por rechazar la oportunidad. Por eso, cuando usted testifica, nunca tenga miedo de la razón. Recuerde que como discípulos de Cristo, el intelecto, la lógica y la acción decisiva siempre serán sus amigos más cercanos. La Biblia dice, “Venid ahora, y razonemos —dice el Señor—” (Isaías 1:18 LBLA) ¡Nadie que escoge usar la escalera de escape cesará de agradecérselo!
– By Billie Hanks