El activo más valioso de la Iglesia

Durante muchos años las iglesias han descuidado su más valioso recurso para cumplir con su misión. Irónicamente, este descuidado recurso espiritual son los creyentes más nuevos de su iglesia. ¿Por qué con mucha frecuencia estos nuevos creyentes son tan efectivos en términos de alcance evangelístico? Porque ellos están literalmente rebosantes de gozo interno y porque todavía tienen esos puentes relacionales naturales con los miembros no creyentes de su familia y con sus amigos. Potencialmente estos nuevos miembros pueden aprender a testificar espontáneamente. Pronto usted estará caminando al lado de estos nuevos cristianos, enseñándoles cómo responder a las oportunidades diarias de testificar. A través de su ejemplo, muchos aprenderán un estilo de vida que sea el de testificar naturalmente de su fe y a personalmente animar y equipar a otros. Este sencillo proceso de discipulado de vida-a-vida es el método por el cual empieza la multiplicación espiritual y crece en un ambiente saludable en la iglesia.