Los talleres de formación de discípulos en Waslala, Nicaragua, tienen su propio sabor único, un poco diferente de nuestros entornos habituales, pero el meollo de la cuestión siempre es el mismo: seguir el modelo de Jesús en la formación de discípulos, una vida a la vez.
Aquí en Waslala, nuestro tiempo juntos es un recordatorio vibrante de que la formación de discípulos no conoce fronteras, haciéndose eco del mandato de Cristo de ir hasta los confines de la tierra. Es increíble ver la universalidad de esta misión, que trasciende las diferencias de cultura y entorno.
Un sincero agradecimiento al Pastor Tirzo Aurora por la cálida invitación a capacitar a sus líderes y miembros, quienes están genuinamente hambrientos de desempeñar su papel en la Gran Comisión. Su entusiasmo y dedicación hacen que nuestra misión sea aún más gratificante.
En estos momentos, encontramos alegría y un compromiso inquebrantable de equipar a la iglesia para la tarea de hacer discípulos. ¡Y qué maravilloso es recordar que la formación de discípulos no conoce fronteras!