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¡Es el día de la graduación para estos nuevos hacedores de discípulos en América Central!
A algunas de nuestras iglesias, especialmente en América Latina, les encanta celebrar una ceremonia especial para sus creyentes en crecimiento que han completado tanto la «Llamada a la Alegría» como la «Llamada al Crecimiento», que entonces están listos para empezar a discipular a otra persona por primera vez. Aquí tienes un poco más de información sobre lo que aparece en estas imágenes…
Cuando los creyentes nuevos y en crecimiento son discipulados a fondo, equipados con las herramientas para seguir a Cristo, orar eficazmente y compartir su fe con confianza, se convierten en catalizadores de un mayor crecimiento espiritual. Al igual que un artesano experto transmite su oficio a un aprendiz, estos creyentes maduros pueden servir de mentores a otros, creando un efecto dominó de fe. Este proceso, parecido a una cadena, enlaza una generación de creyentes con la siguiente, garantizando la vitalidad continua de la iglesia.
Este modelo de multiplicación espiritual es esencial para la salud a largo plazo de cualquier comunidad cristiana. A medida que los discípulos sirven de mentores a los nuevos creyentes, no sólo imparten conocimientos, sino que también inculcan la pasión por llegar a los demás y ayudarles a crecer. Este ciclo continuo de discipulado garantiza que la iglesia siga siendo vibrante e impactante, cumpliendo la Gran Comisión de una forma repetible y poderosa.
